Creamos la identidad de una marca de moda que transmite una visión romantizada de lo cotidiano con carácter mediterráneo. El reto era construir un universo estético y emocional que conectara con una juventud sensible al diseño, al detalle y a una idea de pertenencia. No se trataba solo de ropa, sino de representar una forma de estar en el mundo: con gusto, calma y distinción.
SOLUCIÓN
Diseñamos una identidad visual coherente con esa sensibilidad: elegante, femenina y aspiracional. El logotipo se compuso con una tipografía personalizada y sobria, acompañada de una secundaria con mucho carácter pero refinada. La gama cromática es suave, evocadora y serena. Cada elemento, desde los prints hasta el unboxing, comunica exclusividad y conexión. El tagline "Our place to be" resume esa pertenencia emocional: una marca para quienes saben dónde y con quién quieren estar.